viernes, 7 de febrero de 2014

Llamaradas de Torregar



Critica de la exposición 

El artista murciano Torregar, lleva una trayectoria que lo ha convertido en uno de los artistas referentes de la Región llegando a ser un artista internacional. Su obra, además de haberse visto por muchísimas ciudades de España, ha sido expuesta en Reino Unido, Italia, Estados Unidos, México, Paraguay, etc. Sus exposiciones siempre han versado principalmente sobre el cuerpo humano. Es característico su enorme mural de 206 metros cuadrados en el que el tema era la alegoría de la vida, representando a fetos. Y son muy conocidos los retratos de ancianos que le dieron mayor fama. Pero lo que predomina en sus exposiciones es, en definitiva, el principio y el fin.
 Ya sea de la vida, de un proceso artístico, de una idea o pensamiento que lleva a cabo sobre la tabla o el papel... Torregar es, ante todo, un artista con la acepción de "persona que hace algo con suma perfección". En la exposición "Llamaradas" de la Galería Léucade, Torregar envuelve todo el espacio expositivo con una serie de obras en torno al fuego. De nuevo nos encontramos la máxima de sus creaciones artísticas: el principio y el fin. Quién no recuerda de niño haberse quedado mirando al fuego, imaginando, intentando ver más allá, consiguiendo entrever nuevas formas que realmente no están ahí pero que nuestra mente las hace surgir. Torregar es capaz de llevarnos hasta allí, a través de ese fuego que crea con tal perfección que lo único que le falta es quemarnos si lo tocáramos.

Nos advertía Vargas Llosa que la literatura es fuego, que ella significa inconformismo y rebelión. Podríamos extrapolar sus palabras, ya que la literatura es otro arte, igual que la pintura, y decir entonces que la pintura es fuego. El arte es fuego. Desde el principio de la existencia de la palabra arte, siempre ha sido muy complejo definir qué es arte. En mi opinión, el arte es todo aquello capaz de conmovernos. Los óleos sobre madera y las acuarelas sobre papel que podemos ver en "Llamaradas", nos queman por dentro al lograr impactarnos tanto al contemplarlas. Debido a sus pinceladas envolventes, da la impresión de que los pinceles siguen pintando solos después de que la mano de Torregar los soltara, ya que las llamas parecen continuar moviéndose. El fuego, que a Torregar le recuerda a su infancia mirando la chimenea de su abuela, nos traslada a todos a nuestra propia infancia. El principio. Fuego como principio del universo. Fuego como el resurgir de algo. Fuego como una parte del alma del artista que deja en cada obra. En las llamas de esta exposición, podemos ver ese momento exacto de su mayor esplendor, sabiendo que -como todo en este mundo- tiene final. Los filósofos interpretaban los jeroglíficos que hablaban sobre fuego llegando a la conclusión de que el mundo sería consumido por las llamas. De nuevo, en Torregar: el principio y el fin. Las llamaradas siempre tienen fin. Estas "Llamaradas", se mantendrán vivas del 7 de febrero al 20 de marzo en Léucade.

Sofía Martínez Hernández.

Fuente escrita:

Escrita por Pedro Soler

Visita guiada por Torregar en la Galería Léucade




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